Su nombre no tiene el brillo de otros artistas de su época, ni sus cuadros encabezan subastas millonarias ni cuelgan en reproducciones enmarcadas en salones y oficinas. A su oficio como pintor quizá con más afán que talento le superó su trayectoria como profesor e introductor de tendencias, y aún por encima fue, más que cualquier otra cosa, un superviviente: autodidacta y de escasos recursos, humilde y permanentemente abatido por el sufrimiento, perfecto ejemplo de resiliencia, su vida es una consecución de superposiciones a la tragedia, de volverlo a intentar, de ganarle un día más al infortunio, de echarle ganas hasta no poder más.
Arshile Gorky (1902 - 1948) nació como Vosdaning Adoian en la ciudad de Van, Turquía, en el epicentro del primer genocidio moderno de la historia, el que supuso la aniquilación sistematizada del pueblo armenio. Cada uno de sus padres había enviudado previamente a raíz de las masacres con las que en 1896 el Imperio Otomano pretendió frenar las aspiraciones de esta minoría cristiana, que la ley islámica condenaba al estatus de pueblo inferior, pero será a partir de 1914 y la entrada de Turquía en la Gran Guerra al lado de los Imperios Centrales cuando, bajo el supuesto de la rusofilia del pueblo armenio, el gobierno de los Jóvenes Turcos se lance a perpetrar este primer holocausto. Junto a las ejecuciones masivas de personalidades relevantes de la comunidad y de todo hombre en edad de combatir (entre los 16 y los 45 años), la política de exterminio sobre los armenios se basó en su deportación masiva bien a Rusia bien a Siria e Irak, mediante marchas forzosas de cientos de kilómetros por la estepa o el desierto en condiciones extremas, privados de alimentos y agua, en las que los armenios murieron por cientos de miles entregados al agotamiento, las epidemias y la desnutrición, o mediante su reclusión en hasta 26 campos de concentración por todo el país, que a menudo funcionaban como meras fosas comunes.
Vosdaning Adoian tenía 12 años cuando comenzaron las matanzas y junto a su madre y dos hermanos fue desplazado en condiciones inhumanas a Rusia en 1915. Su padre y sus hermanos mayores habían huído ya a Estados Unidos al inicio del conflicto, y les hicieron llegar dinero para pagar el pasaje y salvar a uno más, que sería una hermana mayor. Él se quedó con su madre y un último hermano, viviendo en un edificio abandonado y medio derruído, subsistiendo de su exiguo salario en un taller de carpintería, con una madre tan debilitada tras la deportación que acabó muriendo de hambre ante sus ojos en 1919. Posteriormente los dos menores fueron internados en un campo de refugiados, y allí acaeció el milagro, cuando una doctora del campo que tenía un hijo marino mercante consiguió embarcarles al destino dorado, Estados Unidos.
Vosdaning llega al continente en febrero de 1920 y allí se reúne con su padre, pero ha visto y vivido demasiado y solo siente rencor hacia ese hombre que es prácticamente un desconocido y que se ha mantenido todos esos años al margen de su terrible padecimiento. Con él convivirá dos años mientras aprende inglés y ahorra trabajando en una fábrica, hasta que en 1922 rompe definitivamente con su progenitor (ni siquiera acudirá, ya en los años 40, a su entierro) y se muda a Boston, donde encuentra un trabajo de friegaplatos y puede por fin cumplir su sueño de la infancia, recibir clases de pintura, matriculándose en la New School of Design.
Dos años después, en 1924, tiene ya encaminada su vida de artista; inicia una actividad basada sobre todo en el autoaprendizaje, en las visitas a museos, en sumergirse en las vanguardias a través de sus exposiciones y sus publicaciones. Se hace un experto en arte europeo, se declara seguidor y aprendiz de Cézanne, Picasso y Miró, y al tiempo que comienza a producir sus cuadros, que se juzgarán excesivamente influenciados por esos artistas, consigue un puesto de profesor a media jornada en la misma escuela a la que asistía a clase y que en 1925 le ofrece la oportunidad de seguir enseñando en su franquicia de Nueva York, donde podrá eclosionar.
A partir del momento en que se instala en Nueva York, en 1926, se convierte en una estrella ascendente: abre su propio estudio, que terminará compartiendo con De Kooning, comienza a exponer, colectiva e individualmente, es becado por el Museo Withney y alcanza por primera vez, si no la celebridad, sí una cierta calidad de vida.
Como profesor se convierte en una figura reconocida, maestro entre otros de Mark Rothko, introductor de los estilos pictóricos europeos (el cubismo, el surrealismo) en Estados Unidos y como tal, en pionero en América del expresionismo abstracto y precursor de la Escuela de Nueva York, que explotará el estilo con más fama y gloria. Incluso en lo personal, en los siguientes diez años todo va bien: se le otorga la nacionalidad estadounidense, cambia de nombre por Arshile Gorky (en honor al héroe heleno Aquiles y al escritor ruso Máxim Gorky), se casa y tiene dos hijos.
Y de repente, en apenas dos años, todo se viene abajo. Dos años de dolor y desengaño que comienzan con un incendio en su estudio en la primavera de 1946 que arrasa gran parte de su obra pictórica. Apenas tres meses después se le detecta un cáncer de colon por el que es intervenido y que le postra por varios meses en el hospital Monte Sinaí, y un año más tarde, en 1948, su mujer tiene una aventura con el pintor italiano Roberto Matta y lo abandona, llevándose con ella a su hijos.
La última desgracia que es capaz de soportar es un accidente de tráfico a resultas del cual sufre una fractura de cuello y clavícula y la paralización temporal del brazo derecho, el que necesita para pintar. Días después de abandonar el hospital, el 21 de julio de 1948, se quita la vida ahorcándose en su casa, a los 46 años de edad.
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jueves, 9 de febrero de 2012 | 11 Comments
10 de febrero de 2012, 0:59
Muy interesante esta historia. Me gusta que hagas hincapié en personajes poco conocidos y en conflictos que pasaron desapercibidos pero que son necesarios conocer.
Nos leemos.
10 de febrero de 2012, 12:52
Son muchas las matanzas que no se reflejan en los libros de historia y esta en particular, debió marcar profundamente al artista, sumadas a las últimas desgracias que sufrió, no es de extrañar su fin.
Gracias por mostrarnos a un genio tan poco conocido, como afortunado.
10 de febrero de 2012, 12:59
El genocidio armenio es un tema bastante profundo, y es delicado porque aún hoy Turquía sólo lo reconoce parcialmente
12 de febrero de 2012, 1:16
FELICITACIONES MARTA, por el 3º puesto obtenido en la categoría Cultura y Tendencias de los Premios 20blogs 2011
Desde Argentina, bibliopeque te manda muchos besos y abrazos :-)
12 de febrero de 2012, 20:08
tal como dices y a pesar de todas las evidencias Turquia sigue negando el genocidio armenio, hasta el punto de haber llamado a su embajador al aprobar Francia que sea delito la negación del mismo. A mi me parece coherente, si lo es la negación del holocausto , por que no tambien este otro genocídio?.
Por otra parte la vida de GorkY es un cúmulo de tragedias.
13 de febrero de 2012, 9:09
Efectivamente, esa es otra cualidad del ser humano, la de tratar de reescribir la historia según sus intereses. Además, negándolo evitan tener que depurar responsabilidades y reparar de alguna manera el daño hecho al pueblo armenio.
13 de febrero de 2012, 18:31
Muy interesante, como todo lo que pones.
Felicidades por ese 3er. puesto en tu categoría de los 20blos
14 de febrero de 2012, 9:25
Gracias, Chary
16 de febrero de 2012, 13:26
Estoy enganchada a las historias con las que nos deleitas.
Me encantan las biografías.
MUAKS
Raquel
24 de febrero de 2012, 20:11
21 de julio de 2016, 20:06
Gusto en saludarte, sólo una aclaración, Roberto Matta Echaurren es chileno, vivió en NY, Francia e Italia... de hecho también en las enciclopedias francesas se asegura que su nacionalidad es francesa... radicado en Italia o en Francia podrá ser, pero es chileno. El que ya es italiano, es su hijo Pablo Echaurren, también pintor.
Con todo mi respeto, saludos y gracias