Personas con Historia

Perfiles de personajes históricos que merece la pena conocer

Personaje colectivo: el Underground Railroad

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Ilustración original de Aurelio Lorenzo
A caballo entre la solidaridad y la rebelión, el Underground Railroad fue una red secreta de personas que colaboraron anónimamente en facilitar las fugas de esclavos desde las plantaciones del Sur de Estados Unidos, a lo largo de todo el país, hasta que llegaban a Canadá. Durante treinta y cinco años (1830 – 1865) estas personas, de distintas razas y posiciones sociales, sin un liderazgo claro y sin apenas conocerse, constituyeron una red de rutas secretas por la que se estima que 100,000 esclavos de origen africano consiguieron escapar, la mayor parte al vecino del norte, y en menor medida a México y el Caribe.
 Y no era una organización caritativa: el Underground Railroad pretendía ser específicamente delictivo, en cuanto resistencia a una legislación considerada injusta, y una forma de lucha que terminara derribando la institución de la esclavitud.

Ya en el siglo XVIII los nativos americanos habían ofrecido cobijo en sus comunidades a los esclavos que huían de las plantaciones (de donde nacería una variante de ambas razas, la de los llamados cimarrones), pero el fenómeno del Underground Railroad, mucho más global y complejo, solo se explica por la interconexión histórica en un momento concreto (el de la abolición de la esclavitud en los estados del Norte, a principios del siglo XIX) de tres tendencias: la religiosa, principalmente encarnada por los cuáqueros, que veían la esclavitud como una ofensa a Dios; la abolicionista, representada por ciudadanos blancos y negros nacidos libres del Norte, comprometida con los principios de libertad e igualdad, y la de la conciencia racial, de los propios esclavos liberados o fugados, dispuestos a arriesgarlo todo por ayudar a aquellos con quienes habían compartido destino.

Rutas del Underground Railroad (en rojo)

Estaciones y maquinistas

El término Underground Railroad alude a la metáfora de cómo los esclavos que huían parecían desparecer al alcanzar el borderland (la frontera imaginaria que separaba los estados sureños de los del Norte, marcada físicamente por el río Ohio) para reaparecer más allá del paralelo 30º 36' norte, a partir del cual la esclavitud era ilegal desde 1820, como transportados por un tren subterráneo. Partiendo de este concepto se desarrolló toda su terminología: las “estaciones” eran las casas donde podrían esconderse, los “jefes de estación” los abolicionistas que ofrecían refugio, comida y dinero a los fugitivos (la “carga”) y los “maquinistas” o “conductores”, los antiguos esclavos que les guiaban entre un punto y otro y que incluso se atrevían a hacer incursiones en las plantaciones para iniciar nuevas huídas.

La red era tan secreta que la mayoría de sus miembros tenían un conocimiento del conjunto limitado únicamente a las “estaciones” a las que ellos mismos estaban interconectados en una determinada ruta, en grupos pequeños e independientes, y muy pocos llevaban registros, sobre todo a partir de la promulgación de la Fugitive Slave Act de 1850, que precisamente como reacción a la actividad del Underground Railroad, permitía a los llamados "cazadores de esclavos” del Sur adentrarse en los estados del Norte y detener allí a los fugitivos a los que perseguían, e imponía sanciones para quienes les ayudaran a escapar de 6 meses de cárcel y una multa de 1.000 dólares.

En el caso de los colaboradores negros el riesgo era aún mayor, porque los cazadores de esclavos recurrieron al secuestro de hombres libres que hacían pasar por esclavos fugitivos, de tal forma que unos acabaran por sustituir a los otros, falsificando papeles de propiedad con la ayuda de notarios corruptos y amparados por una ley que no ofrecía a los negros capacidad de defensa alguna.

Anuncio de recompensa por la captura de esclavos fugados, 1847

Siguiendo la estrella polar

La información sobre las rutas del Underground Railroad se transmitía mediante el boca a boca, igual que el conocimiento para seguir la estrella polar, fundamental para guiarse siempre hacia el norte, y los consejos para evitar a los posibles captores: los esclavos fugados debían viajar de noche y evitando los caminos, idealmente en los meses de invierno, caminando entre 15 y 30 kilómetros por jornada, y esconderse de sus perseguidores de día. Cuando alcanzaban una “estación”, se les ofrecía refugio en cubículos y habitaciones expresamente construidas a tal fin y ocultas en falsos suelos y paredes. El “jefe de estación” avisaba al siguiente punto de la red de que una nueva “carga” iba en camino, y si tenían suerte, algún “conductor” podría guiarles e incluso facilitarles un medio de transporte alternativo, algo que no era para nada habitual.

Pese a la extraordinaria organización del Underground Railroad, los fugitivos tendrían que hacer la mayor parte del camino hasta Canadá solos, siendo una odisea muy larga y peligrosa que frecuentemente terminaba en captura. Pero captura no equivalía a fracaso, porque eran precisamente los fugitivos que resultaban capturados a medio camino quienes, después de sufrir un severo castigo por parte del capataz de la plantación, enriquecían el conocimiento colectivo sobre el Underground Railroad revelando qué nuevos lugares habían encontrado, cuáles ya no eran seguros, con quién y dónde había que contactar, por dónde era mejor huir.

Estancia oculta para esconder esclavos fugitivos, casa de Alexander Dobbin (Gettysburg, Pensilvania)

Última parada

La actividad del Underground Railroad hizo un daño concreto al esclavismo como sistema económico, y jugó un importante papel en su desaparición definitiva al alimentar las tensiones entre el Norte y el Sur de Estados Unidos que derivaron en su Guerra Civil (1861- 1865). De hecho, durante el conflicto, el Railroad se volvió reversible, facilitando la incorporación de unos 180,000 esclavos y ex esclavos afroamericanos como soldados y guías al ejército de la Unión, provenientes tanto de los estados del Sur como de su refugio en Canadá, a través de sus rutas.

El mismo día en que terminó la guerra y se decretó la libertad para los cuatro millones de esclavos afroamericanos del país, el Underground Railroad dejó de funcionar. 

Underground Railroad: Los protagonistas

Algunas de las personas más significativas del Underground Railroad, y que son paradigmáticas de los roles que se podía adoptar en el mismo, fueron:

Harriet Tubman: Nacida esclava en 1820 en una plantación de Maryland, Harriet Tubman logró huir a Canadá en 1849, pero volvió a Estados Unidos para rescatar a sus familiares. Tubman se convirtió en la "maquinista" más activa del Underground Railroad: conocida como Moisés, durante 11 años todos los inviernos se adentraba en las plantaciones de Maryland para guiar a grupos de esclavos hacia la libertad. Por su captura llegó a ofrecerse una recompensa de 40.000 dólares, si bien nunca fue detenida.

William Still: Afroamericano nacido libre en 1821, líder de los abolicionistas y de la comunidad afroamericana de Filadelfia, fue uno de los mayores coordinadores del Underground Railroad y quién más evidencias históricas ha aportado para su conocimiento. Se calcula que entre 1850 y 1861 asistió a unos 60 esclavos fugados cada mes a través de sus Comités de Vigilancia, formados tanto para atender y proteger a los fugitivos cuando llegaban a la ciudad como para captar nuevas “estaciones” en el entorno.

Levi Coffin: La "estación" con mayor actividad del Underground Railroad, hoy con rango de Museo Nacional, fue la casa de Indiana del cuáquero Levi Coffin, que se convirtió en punto de convergencia de hasta tres rutas distintas con un tráfico de alrededor de 100 fugitivos por año. Hombre de negocios muy adinerado, donó grandes sumas a distintas asociaciones de afroamericanos tanto en Estados Unidos como en Canadá.

Más sobre el Underground Railroad:

National Underground Railroad Freedom Center