Personas con Historia

Perfiles de personajes históricos que merece la pena conocer

Personaje colectivo: el Batallón del Fútbol

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El siglo XX comenzó el día de 1914 en que se desencadenó en Europa la Gran Guerra, un conflicto atroz de cuatro años que se extendió del continente a Oriente Medio, África, Extremo Oriente y el Pacífico, y en el que murieron cerca de 18 millones de combatientes. A que se llegara a un nivel de violencia y horror nunca antes contemplado contribuyó, en primer lugar, que se tratara de un enfrentamiento entre grandes potencias industriales, que pudieron introducir innovaciones como el tanque, el lanzallamas, las granadas y el uso de agentes químicos (en este caso, gas mostaza); pero también que el conflicto se estancara en un empate táctico: la que se conocería como I Guerra Mundial fue una inmensa carnicería en la que miles de jóvenes fueron hacinados en trincheras de cientos y cientos de kilómetros, incapaces de mover más que a metros la línea del frente, hasta su muerte en combate, de hambre o de frío.


Trinchera de la I Guerra Mundial

El inicio de esta guerra es conocido: con las relaciones intereuropeas tensadas al máximo a cuenta de los conflictos coloniales, la chispa que haría prender la mecha fue el asesinato del heredero al trono austriaco a manos de un nacionalista serbio; en tan sólo cinco semanas se hacen efectivas las alianzas preestablecidas y se disparan los movimientos de tropas: el Imperio Austro-Húngaro ataca Serbia, Alemania invade Bélgica y llega hasta Francia, y Rusia y Reino Unido declaran la guerra a Alemania. El peor conflicto bélico de la historia, hasta ese momento, había comenzado.

Voluntarios y obligados

En el Reino Unido, la rapidez con que se ha desatado el conflicto y el disponer de un ejército no excesivamente numeroso les lleva a poner en marcha, simultáneamente a su entrada en la guerra en agosto de 1914, una agresiva campaña de reclutamiento de voluntarios. La propaganda patrótica consigue que medio millar de jóvenes se alisten en los primeros meses, pero la necesidad de hombres para enviar al frente se hará más perentoria a medida que el conflicto que se pretendía breve se alargue, y por el intenso ritmo de bajas que se ha de afrontar.

Interesan los varones entre los 19 y los 30 años, aunque el límite se ampliará posteriormente a los 35 y más allá, y para aumentar el alistamiento se concibe una fórmula, de consecuencias previsiblemente dramáticas: la creación de los "Batallones de Amigos" (Pals Battalions), que permitían que familiares, compañeros de trabajo o vecinos fueran enviados juntos a la guerra. Se crean así los batallones de los empleados de escuelas públicas, de los trabajadores del servicio postal.. o de determinados barrios, como Liverpool o Leeds. El poder acudir al conflicto junto a seres queridos o conocidos disminuía el miedo al alistamiento, pero también dificultaba al individuo sustraerse a la movilización de su propio entorno. Desde septiembre de 1914 a junio de 1916, Reino Unido formará 643 batallones de este tipo.

Los deportes no fueron una excepción; ya en el verano de 1914 se habían suspendido todas las ligas para favorecer el reclutamiento de los deportistas. Todas menos una, la de fútbol, la única profesional (desde 1880), la que más negocio producía y la que más seguidores concentraba. Debido a esta profesionalización los jugadores de fútbol estaban vinculados a sus clubs por contratos de un año, y sólo en el caso de obtener el consentimiento de éstos quedaban liberados para alistarse en las Fuerzas Armadas, algo que no ocurrió.

Se abre entonces un periodo de varios meses en que los ataques a los clubs, pero sobre todo a los futbolistas, son constantes en el interior del país. No obstante la premisa de que el alistamiento era voluntario, desde los medios de comunicación, la política, el ejército e incluso la Iglesia, se hacen llamamientos constantes a no permitir que los fubolistas fuesen ciudadanos privilegiados, y se acusa a los jugadores de traidores, de cobardes y de "afeminados".

Propaganda de reclutamiento para el Batallón del Fútbol (Football Battalion)

Una generación perdida

En diciembre de 1914 la liga de fútbol profesional cede y decide finalmente permitir a sus jugadores alistarse. Automáticamente se crea el Batallón de futbolistas o Batallón del fútbol (Football Battalion), pues las autoridades quieren exprimir el poder de convocatoria de estas estrellas, que no defrauda: aunque solamente se alistan tres jugadores, a ellos les siguen 600 hinchas bajo el reclamo de poder combatir codo con codo con su ídolos. Ante tal éxito la presión se redobla para que aumente el reclutamiento de jugadores: en marzo de 1915, ya se habían unido al Batallón del Fútbol 122, y a lo largo del conflicto llegarán a ser unos 2.000, entre poco conocidos y auténticas estrellas, de todos los territorios que entonces componían el Reino Unido, en ocasiones por equipos completos.

Enviados inicialmente a una de las peores batallas de la I Guerra Mundial, las trincheras del Somme (Francia), la mayoría de ellos murió combatiendo o a consecuencia de las heridas (en los años 30, 500 de los 600 hombres que componían el Batallón del Fútbol habían muerto a consecuencia directa o indirecta del conflicto), y de los supervivientes prácticamente todos regresaron con secuelas tan graves que nunca pudieron volver a jugar.

El Batallón del Fútbol: Los protagonistas

Algunas de las personas más significativas que se alistaron en el Batallón del Fútbol fueron:

Walter Tull: Nieto de un esclavo africano e hijo de un inmigrante de Barbados, Tull creció en un orfanato de Londres desde que quedara huérfano a los nueve años. En 1909 se convirtió en el primer jugador profesional negro de la premier, y tuvo que sufrir las reacciones racistas de rivales y aficionados. Tras pasar por el Totteham y el Northampton, en el momento de estallar la I Guerra Mundial iba a firmar por el Glasgow Rangers, lo que hubiera significado el espaldarazo definitivo a su carrera deportiva, pero se alistó en el Batallón del Fútbol y fue enviado al Somme, donde también se distinguió como el primer negro que fue ascendido a oficial  (algo que ni siquiera estaba en ese momento permitido en el Ejército Británico). Tras participar en seis batallas, falleció por fuego de artillería en marzo de 1918.

Frank Buckley: jugador de la selección inglesa y del Bradford City, fue el primer futbolista en alistarse en el Batallón del Fútbol, en el que ingresó como teniente debido a que ya había servido previamente en el ejército. Fue uno de los pocos en regresar con vida, pero lo hizo con secuelas incompatibles con la práctica del deporte. Continuó en el ejército donde obtuvo el rango de Mayor.

Hearts of Midlothian: Todos los jugadores de este equipo, líder de la liga escocesa de fútbol en la temporada 1914/1915, se alistaron juntos y fueron enviados al Somme. Tres de ellos murieron el primer día, y seis más a lo largo del conflicto.

One Comment

  1. Vaya locura, esos hombres iban de cabeza al matadero... Si hoy pasara algo similiar habría que ver si los Cristianos Ronaldos de turno se presentaban voluntarios con tanta alegría...