Icono de Holywood en los años 40, su belleza, glamour y fama son sólo la capa más superficial y vistosa de una mujer inteligente, formada como ingeniera de telecomunicaciones e importante inventora.


Nacida como Hedwig Kiesler (1914-2000), hija de un banquero y una pianista judía, en su juventud destacó por su inteligencia y entre los 16 y los 19 años estudió ingeniería, hasta que en 1931, atraída por el mundo de la interpretación, se trasladó a Berlín a trabajar en el teatro con Max Reinhardt. Su primer papel en el cine, en la película checa "Extasis" (1932), supondría su lanzamiento como estrella, a pesar o en parte porque fue la primera mujer en aparecer en pantalla completamente desnuda en una cinta clasificada como indecente y que fue prohibida durante años en parte del mundo.

Su aparición en esta película atrajo la atención del magnate Fiedrich Mandl, un industrial armamentístico que abastecía al régimen de Mussolini y que con el tiempo sería una figura importante en el auge del nazismo y la II Guerra Mundial. Con su riqueza y su poder, y la amenaza velada por la ascendencia judía de Kiesler, Mandl acordó con sus padres un matrimonio de conveniencia que sería para ella un auténtico infierno. Desde la boda, celebrada en 1933, Kiesler tuvo que abandonar el mundo del cine y no se le permitía salir de casa si no era acompañada de su marido, quien incluso trató, sin éxito, de que se destruyeran todas las copias de su hasta entonces único film.

Este periodo de enclaustramiento Hedy lo aprovechó para retomar sus estudios de ingeniería, y para investigar, en las fiestas y banquetes a los que asistía (y donde llegó a conocer a Mussolini y a Hitler), sobre la tecnología armamentística que la industria europea ponía en manos de los nazis. Finalmente en 1937, con la ayuda de un mayordomo, logró huir a París y de allí a Londres, donde se puso en contacto con Louis B. Mayer, de la Metro Golden Mayer, que se la llevó a Holywood con un contrato y un nuevo nombre, el de Hady Lamarr.

Como actriz de Holywood Lamarr tuvo un éxito temprano y sostenido durante una década, ensombrecido por sus propias elecciones (rechazó los papeles protagonistas de "Luz de Gas" y "Casablanca"), si bien consiguió con más de una veintena de papeles protagonistas que su nombre luciera en una estrella en el paseo de la fama. También inauguró un nuevo canon de belleza, el de la mujer morena y elegante, y se la consideró la mujer más hermosa del mundo. La cima de su éxito llegó en 1949 con "Sansón y Dalida", de Celil B. DeMille.

Pero ella no quería ser solamente una celebridad, pues, afirmaba, "cualquier chica puede ser glamurosa. Basta con quedarse quieta y parecer estúpida". Ya a su llegada a los Estados Unidos había colaborado con el Departamento de Defensa revelando las informaciones obtenidas en el entorno de su ya exmarido en Austria, y en 1942, a raíz de su relación con el compositor George Antheil, ambos habían presentado una patente para un sistema de comunicaciones secreto basado en una nueva tecnología, la conmutación de frecuencias, en principio con aplicaciones militares.

El sistema de espectro ensanchado de Lamarr, concebido con un sistema mecánico, tuvo su primera aplicación en la crisis de los misiles de Cuba, si bien no fue hasta los años 80 y el desarrollo de la tecnología digital cuando pudo ser aplicado en la ingeniería civil y se explotó en todo su potencial, sirviendo de base para desarrollar la conmutación de datos Wifi y la integridad de las comunicaciones en la telefonía móvil.

Por supuesto para entonces la patente había expirado muchos años atrás y Lamarr nunca recibió compensación económica alguna por su invento. Retirada de la vida pública desde los años 60, empobrecida y prácticamente invisible en el ámbito científico, todo el reconocimiento que obtuvo, hasta su muerte en el año 2000, fue un reconocimiento formal de la Electric Frontier Foundation en 1997 y que en su honor se fijara en el día de su cumpleaños, el 9 de noviembre, como Día del Inventor.