Hoy se sabe que Robert Schumann (1810 - 1856) padeció esquizofrenia, pero entonces se le consideraba solamente un hombre trastornado y que sentía de una forma muy intensa.
Estudiante de piano desde los nueve años y compositor ya a los 12, Schumann recibió una intensa y rigurosa instrucción musical, que acabó truncada por un sistema ideado por él mismo con el que trataba de perfeccionar su técnica al piano: ligarse el anular derecho al dedo corazón para sobredesarrollar la habilidad con los otros dedos, y que le acarreó una lesión permanente de la mano. Incapacitado para su profesión a los 22 años, se dedicó de lleno a la composición, entre fuertes depresiones paranoicas y ataques de fobia (a la altura y a los objetos afilados) que culminaron en su primer intento de suicidio, en octubre de 1833.
Recuperado por el amor a la hija de su maestro, Clara Weick, menor de edad, tuvo que luchar cuatro años en los tribunales contra su maestro y futuro suegro para poder contraer matrimonio con ella, pero durante esos años, precisamente por su capacidad de trasladar a la música su complejo mundo interior, compuso las piezas más significativas de su carrera y las que le han convertido en el gran exponente del romaticismo alemán.
Superadas todas las trabas, marido y mujer forman una gran pareja musical y viven holgadamente de su éxito: él compositor, ella pianista, triunfan por toda Europa hasta que en 1840 comienza para ellos un periodo de decadencia: Schumann no logra hacerse un hueco en el nuevo panorama musical prerrevolucionario y, pese a producir en estos años su mejor obra, la “Obertura Manfred”, se suceden los fracasos en sus representaciones y cae en un nuevo ciclo depresivo, sumado a alucinaciones auditivas, insomnio, parálisis y fiebres. Son sin embargo éstos años de composición frenética, en todos los géneros musicales, que lo extenúan hasta que, el 27 de febrero de 1854, intenta suicidarse de nuevo. Cinco días más tarde el propio compositor pidió ser internado en un asilo en las afueras de Bonn, donde residió hasta su muerte el 29 de julio de 1856 a causa de la sífilis, enfermedad que padecía desde 1832.
Más sobre Robert Schumann
Obertura Manfred
Schumann, la fuerza de la locura
miércoles, 16 de diciembre de 2009 | 2 Comments
9 de marzo de 2011, 15:12
Molaría que hicieras uno de Clara Schumann, a la que debemos gran parte de las obras de Robert y su memoria histórica, un personaje fascinante...
9 de marzo de 2011, 16:21
Es verdad, ella también da para una entrada, porque gran parte de lo que él hizo, lo hicieron juntos