Se la llegó a conocer como "la mujer más peligrosa de Estados Unidos" porque decidió vivir al borde de la ley, y cuando con 76 años un fiscal pidió para ella 20 de cárcel: fue condenada y sentenciada, aunque finalmente, por presiones sociales, se conmutó la pena. Su modo de vida considerado criminal consistió en peregrinar por todo el país como organizadora de huelgas, por luchar por la jornada laboral de ocho horas, la ayuda económica para parados y trabajadores enfermos y contra la explotación infantil, derechos considerados hoy elementales pero que exigen para su conquista sacrificio y pérdidas de vidas. Y para esa tarea están siempre en primera línea quienes no tienen nada que perder.
Irlandesa de Cork de nacimiento, Mary Harris (1837-1930) llegó muy joven a Canadá cuando su familia se vio forzada al exilio después de que su abuelo fuera ahorcado por haber tomado las armas contra la ocupación inglesa. Estudió para maestra y a los 17 años se trasladó a Estados Unidos a trabajar en un colegio religioso, pero decepcionada por los métodos de enseñanza que la obligaban a aplicar, abandonó la profesión ocho meses después y se trasladó a Chicago para trabajar de costurera.
En 1861 se casó, tuvo cuatro hijos, llegó a ser propietaria de un modesto negocio de costura. Una vida acomodada para la época que se vino abajo en 1867, cuando en una sola semana su marido y todos sus hijos murieron a causa de una epidemia de fiebre amarilla. Y cuatro años después perdió todas sus posesiones, su hogar y su negocio, en el gran incendio de Chicago de 1871.
Con 35 años ya no le quedaba nada y comenzó una nueva vida asociándose a una organización semiclandestina, que había nacido en su sector laboral (fue fundada por siete sastres en 1869), y que reunía a mujeres, inmigrantes y negros, los más explotados, los outsiders del movimiento obrero: los Caballeros del Trabajo.
Para entonces la fuerza de las asociaciones obreras, que en las primeras decadas de la revolución industrial los inmigrantes europeos habían reproducido con éxito en el Nuevo Mundo, vivían sus horas más bajas. La gran depresión industrial de principios de los 70 fue aprovechada por las empresas para destruir el movimiento obrero a fuerza de despidos y listas negras y las condiciones laborales se degradaban rápidamente al tiempo que todo tipo de protesta empezó a considerarse como un crimen contra el Estado, contra su prosperidad y contra la paz social. Los sindicatos tradicionales, de agrupaciones obreras por sectores, fueron sustuidos por organizaciones semiclandestinas, fraternales y cercanas a la masonería, como los Caballeros del Trabajo, que convirtieron a Mary Harris, la desheredada, en "Mother Jones" (por su apellido de casada), la organizadora de huelgas que durante más de 50 años se enfrentó al poder.
Durante el resto de su vida ya ni siquiera tuvo un domicilio fijo. La pasó viajando por Estados Unidos, alojándose en las fábricas, campamentos u hospicios de los lugares donde surgía un conflicto laboral. Participó en huelgas de los sectores del metal, textil, de los ferrocarriles y la minería, e inventó la protesta de las mujeres e hijos de los trabajadores como método adicional de presión; y por supuesto fue muchas veces detenida, llevada a juicio y encarcelada. Era una enemiga del Estado, "la mujer más peligrosa de Estados Unidos", una conspiradora y delincuente por sus discursos, por su llamada a la acción, por sus actividades organizativas, sobre todo en el sector minero, donde las condiciones laborales más se asemejaban a la esclavitud, y para el cual fundó su principal sindicato, la Unión de Trabajadores Mineros de América en 1890, y arriesgó esos 20 años de cárcel que finalmente no tuvo que cumplir pero que sirvieron para que se abriera una investigación federal sobre las condiciones de trabajo en las minas.
Sería también la única mujer de los grupos fundadores de otras dos organizaciones de lucha obrera, el Partido Democrático Social (1898) y la anarquista Trabajadores Industriales del Mundo (1904), y por encima de eso, fue la organizadora, en 1903, de una marcha de niños trabajadores del textil desde Pennsylvania a la casa del presidente Roosvelt en Nueva York que dio como resultado la creación del Comité Nacional del Trabajo Infantil, el primer eslabón para la erradicación del trabajo infantil, efectiva en Estados Unidos a partir de 1938.
Mary Harris falleció en 1930, a los 93 años de edad.
Mary Harris, la vida en pie de guerra
lunes, 28 de febrero de 2011 | 1 comment
19 de marzo de 2011, 20:21
Olé, olé y olé