En el relato de Herman Merville "Bartleby, el escribiente", un oficinista decide repentinamente ser sincero con sus superiores y a cada orden recibida contestar: "Preferiría no hacerlo"; un modo de vida aparentemente ideal e imposible lo cumplió a la perfección Jerome David Salinger (1919-2010) cuando decidió, en 1963, no volver a publicar absolutamente nada. Habían pasado doce años desde que viera la luz su obra maestra, "El guardián entre el centeno", y después de este enorme éxito, simplemente, decidió desaparecer.
Nacido en 1919 en un hogar acomodado en Nueva York, Salinger se formó en una academia militar y combinó viajes a Europa y colaboraciones, en forma de crítica cinematográfica, para el New Yorker. Participó en la Segunda Guerra Mundial como voluntario, fundamentalmente en labores de contraespionaje, y a la vuelta publicó sus primeros relatos.
Pero "El guardián entre el centeno", en 1951, vino a cambiarlo todo. Bestseller desde el año de su publicación, uno de los contados clásicos de autor vivo y obra maestra que ha impactado a varias generaciones de adolescentes (se venden 250.000 ejemplares cada año, y la cifra total supera los 60 millones), la novela puso a Salinger en el papel de autor literario de éxito que debe satisfacer a su editorial, a los medios, a su público. Y prefirió no hacerlo.
Se retiró a una casa de campo, se negó a dar entrevistas y participar en cualquier acto social, y tras publicar tres obras cortas, en 1953, 1961 y 1963, se apartó definitivamente del mundo sin dar más explicaciones que una entrevista al New Yorker en 1974 y varias querellas interpuestas contra todo aquel que utilizara su nombre o el de su obra, o intentara fotografiarle.
Su perfección a la hora de mantener una vida absolutamente privada y profesionalmente inactiva, desde 1963 hasta su muerte el 28 de enero de 2010, acrecentó el mito, lo convirtió en un personaje oscuro y misterioso, que renunciaba a ganar inmensas cantidades de dinero, tener éxito social, ser admirado y alabado, ganar premios, es decir, la magnífica vida que una escritura prolija podría haberle comportado en la muy próspera alta sociedad estadounidense del siglo XX y XXI. Sin embargo, en esa entrevista, realizada telefónicamente y que ya será definitivamente la última publicada, dio una explicación muy sencilla: "Hay una paz maravillosa en no publicar. Me gusta escribir. Amo escribrir. Pero escribo sólo para mí mismo y para mi propio placer".
Más sobre J. D. Salinger:
Una obra maestra: "El guardián entre el centeno" [PDF]
Salinger, el último Bartleby
viernes, 29 de enero de 2010 | 2 Comments
24 de enero de 2012, 0:47
Muy interesante! No sabía nada de esto que cuentas de Salinger, sólo conocía su libro por haberlo leído hace tiempo pues se hizo muy famososo.
24 de enero de 2012, 8:43
Sí, la vida de este personaje no es la típica de un personaje de mi blog, porque con su único libro tuvo mucho éxito, pero a mi es que me encanta :)